En consonancia con los objetivos, consideramos que la filosofía debe establecer un diálogo con la ciencia en la medida en que se comparten objetivos comunes, como la búsqueda del conocimiento, su naturaleza, la racionalidad, la ciencia, lo mental, la representación que el hombre tiene de sí mismo y de la realidad; cuestiones todas ellas que tienen implicaciones en la epistemología y la ontología, directrices constantes en la tradición filosófica. Desde ese punto de vista, la filosofía debe entonces apuntar a un enfoque naturalizado que a modo de imperativo no desconozca los grandes logros intelectuales más importantes de nuestro siglo en sus aspectos científicos y sociales. Es por ello que las corrientes filosóficas llamadas a hilvanar los hilos académicos de semejante paradigma son las que provienen de la matriz analítica: filosofía de la ciencia, filosofía del lenguaje y filosofía de la mente, aclarando que de la filosofía del lenguaje se excluya los enfoques dialéctico y especulativo (hermenéutico y fenomenológico). La justificación por este enfoque es que el tratamiento que la filosofía analítica da a estos problemas es sistemático, riguroso, claro, profundo y, por supuesto, de cara al conocimiento científico. La propuesta es entonces pensar la filosofía como una actividad que no puede desconocer lo que hace la ciencia, pero sin confundirse con ésta.
Por tanto, podríamos decir que el grupo responde a dos expectativas clave dentro del ámbito de la investigación en la universidad: la primera es de carácter más particular, al circunscribirse al departamento de filosofía, y la segunda es de carácter más amplio, al realizar un trabajo interdisciplinario entre diversas áreas de conocimiento con la filosofía. En cuanto a la primera expectativa hay que decir que desde ya hace aproximadamente dos décadas el Departamento de Filosofía ha asumido como prioridad el desarrollo de la filosofía de la ciencia, convirtiéndose en uno de los pocos Departamentos de filosofía del país que cultiva y apoya este tipo de disciplina relativamente joven. El grupo de investigación promueve la segunda expectativa, el trabajo interdisciplinario, sabiendo que las disciplinas sólo son formas prácticas de abordar el saber y convencido de que el saber desborda dichos límites.
Por otra parte, en el presente, el grupo se articula en torno al problema general que tiene que ver con las múltiples relaciones entre teoría y experiencia, y aborda este problema en forma transversal desde cuatro perspectivas generales: los planteamientos actuales de la filosofía de la ciencia, las reflexiones sobre los fundamentos de la mecánica cuántica, las discusiones presentes en la filosofía de la mente, cuestiones filosóficas relacionadas con el campo de la epidemiología y las implicaciones que todo esto puede traer para la enseñanza de las ciencias.